Las siete clases de inteligencia
La antigua manera de medir la inteligencia según el coeficiente intelectual ha quedado superada a causa de sus limitaciones. Howard Gardner reclamaba en su obra Los marcos de la mente, publicada en 1993, que no existía una única clase de inteligencia, sino un variado espectro de ellas.
Podríamos decir que hay siete clases de inteligencia. Las que tradicionalmente configuraban los test para la medida del coeficiente intelectual eran la lingüística y la lógico-matemática. Y las que actualmente se consideran habilidades personales son la inteligencia intrapersonal y la interpersonal. Cada tipo sirve de manera particular para una clase determinada de situaciones o profesiones.
Veamos las principales características de cada una de ellas:
-Lingüística
Las personas dotadas lingüísticamente dominan el verbo, tienen labia. Argumentan de manera inteligente, son persuasivas, pueden jugar y manipular con el lenguaje y son capaces de comunicar mensajes de manera clara y simple.
-Lógico-matemática
Todos tenemos allegados con una manera racional de ver la vida. Son personas que pueden pensar relacionando causas y efectos; y trabajar con hipótesis y sistemas. Es decir, tienen una inteligencia lógico-matemática.
-Espacial
Por el contrario, otras encuentran fácil trabajar con detalles visuales. Por lo general, piensan en imágenes y suelen ser hábiles en dibujo y pintura, además de tener un buen sentido de la dirección en sus tres dimensiones.
-Musical
¿Tiene usted oído? Seguro que se lo han preguntado alguna vez. Tener oído y ritmo, cantar y afinar con facilidad, encontrar espontáneamente la estructura de la melodía. Son habilidades que tenemos o no de manera innata por más que las podamos educar.
-Cinestésica
Un manitas, esa persona hábil con cualquier tipo de trabajo manual, con inteligencia cinestésica: tiene un buen sentido corporal.
-Intrapersonal
Es la clave del autoconocimiento, una máxima loable, pero nada fácil de lograr. En cualquier caso, hay personas capaces de formarse un concepto real de sí mismas, no distorsionado por un exceso de benevolencia ni por falta de autoestima. Conocerse y dominar los sentimientos de uno, saber cómo y cuándo controlarlos o dejarse llevar por ellos, es claramente un factor clave de éxito social, sobre todo combinado con el siguiente tipo de inteligencia.
-Interpersonal
Si además de conocernos a nosotros mismos, somos capaces de hacerlo con los demás, podremos decir que nuestras habilidades personales son óptimas. La inteligencia interpersonal es aquella que permite acercarse a otros con la capacidad de percibir su temperamento natural, de comprender sus sentimientos y motivaciones y el porqué de su manera de actuar. Es la empatía.
Como decíamos al inicio, cada clase habilita para una mayor destreza en un campo determinado. Es difícil que imaginemos un arquitecto sin inteligencia espacial, un artesano sin la cinestésica o una cantante de ópera sin la musical. También es cierto que preferiríamos no ponernos en manos de un psicólogo sin inteligencia interpersonal y que resulta complicado trabajar con un jefe que tiene una imagen equivocada de sí mismo.
Pero la interpersonal y la intrapersonal combinadas pueden ser la clave del bienestar y del éxito de nuestra vida privada y profesional. Ambas determinan nuestras habilidades sociales, son las que nos permitirán negociar con los demás y con nosotros mismos. Saber cuándo ser severo o indulgente, cuándo alguien necesita ser escuchado o recibir un consejo y saber reconocer la inseguridad de la prepotencia aparente. Esta habilidad de conocer el fondo que mueve cada actuación humana es la base de la felicidad.
Fuente: Gustavo Piera
Presidente Grupo CMR
Expansion y Empleo